En las últimas semanas, las tarifas de transporte marítimo aumentaron de forma repentina y marcada.
En estos últimos días, estamos viendo una fuerte suba de precios en los fletes marítimos producto de la tregua comercial entre Estados Unidos y China.
Ambos países bajaron temporalmente sus aranceles y eso generó que miles de importadores se apuren a importar traer mercadería antes del 10 de agosto, que es cuando vence la tregua.
El problema es que esa carrera masiva por embarcar saturó los puertos, disparó la demanda de espacio y llevó los precios al alza en cuestión de días. Las tarifas hacia Sudamérica ya subieron un 33% en rutas como China–Brasil o China–Argentina.
En otras rutas transpacíficas, los incrementos llegan al 100%.
Esto genera presión directa sobre los costos de reposición, obliga a recalcular márgenes constantemente; hay más rechazos por falta de espacio y plazos de entrega menos confiables.