La guerra comercial iniciada por Estados Unidos continúa empeorando y generando una gran incertidumbre en los mercados, con consecuencias negativas sobre el crecimiento económico y la demanda de commodities.
El arancel de 25% sobre las importaciones de Canadá y México entró en vigor sólo parcialmente, dado que días después se postergó la aplicación para México y la industria automotriz, entre otros productos. En cambio, sí se implementó completamente un arancel de 10% adicional sobre las importaciones de China (acumulando una suba de 20% en el año).
En represalia, Canadá anunció aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por USD 155 mil millones y China implementó aranceles adicionales de hasta el 15% a productos agrícolas.
El sector manufacturero de China registró un notable repunte en febrero, tanto en la medición oficial como en la privada que elabora el grupo Caixin.
Influyó una buena demanda externa, aunque se cree que esto puede tener que ver con envíos anticipados a Estados Unidos, por lo que habría riesgo de estancamiento en los próximos meses.
Los precios del crudo (habitualmente correlacionados al caucho natural), cayeron debajo de USD 70 por barril, su menor nivel en tres años. Además de las perspectivas de un menor crecimiento por la guerra comercial, influyeron el elevado nivel de inventarios reportado por Estados Unidos y la decisión de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de avanzar con los aumentos planificados de su producción.