Actualmente, la economía china enfrenta un desafío significativo debido a la marcada disminución en la Inversión Extranjera Directa (IED), alcanzando niveles mínimos históricos. La mayor parte de las noticias que dan cuenta del derrumbe en la IED neta hacen eco de la medición de la Administración Pública del Mercado de Divisas de China (SAFE), que marca una caída en torno a 90% en el acumulado del año, llegando la misma casi a cero. La medición es en términos netos, es decir, resta las salidas de capitales de China, tal como el pago de dividendos. Aunque existen mediciones alternativas, como las del Ministerio de Comercio, que presentan una situación menos alarmante, la metodología actualizada del SAFE sugiere una realidad más precisa. Las diferencias entre estas mediciones se detallan en una nota al pie. Este declive en la IED plantea interrogantes sobre el futuro económico de China y sus implicaciones a nivel global. Es importante entender las razones detrás de esta tendencia y cómo podría afectar tanto al país como al panorama económico mundial.

¿Qué Está Detrás de la Caída de la Inversión Extranjera en China?

La disminución en la Inversión Extranjera Directa (IED) en China ha generado preocupación y ha sido interpretada como un síntoma de cambios estructurales y coyunturales en la economía del país asiático. Sin embargo, un análisis más detallado revela que, aunque existe un problema, su magnitud puede ser menor de lo que se percibe. Los motivos detrás de este declive son diversos y se exploran a continuación.

Una de las principales razones es la relocalización de industrias fuera de China y la preferencia de algunas empresas por establecer fábricas en otros destinos. A nivel mundial, se observa una tendencia de repatriación de ciertos sectores industriales por parte de países centrales. No obstante, las empresas continúan priorizando la reducción de costos y la operación en entornos estables, lo que motiva esta reubicación.

Respecto a la primera razón, muchas industrias intensivas en el uso de mano de obra están buscando ubicarse en otros países del sudeste asiático que tienen menores costos laborales. Esto responde a un proceso relativamente natural del desarrollo económico: a medida que los países progresan y se incrementan los salarios, las industrias empleo-intensivas que sirvieron a su desarrollo inicial tienen que dar paso a sectores más relacionados a la tecnología o el capital humano, mientras que segmentos como el de textil y calzado empiezan a buscar localizarse en países de menor desarrollo relativo.

Respecto al segundo punto, la experiencia cercana de las sanciones que recibió Rusia están llevando a algunas firmas multinacionales a reconsiderar inversiones en China. Existe cierto temor a que las operaciones de producción o las posibilidades de colocar sus productos en otros países se vean afectadas por motivos políticos, como la guerra comercial que China mantiene con Estados Unidos, o su cercanía con los gobiernos de Rusia e irán. O incluso por decisiones imprevistas de Xi Jiping, cómo ha sido la prolongación de las restricciones sanitarias por el COVID hasta 2022, mucho después de que el resto del mundo hubiera vuelto a la normalidad. Tampoco ayuda la percepción de que hay algún riesgo de un conflicto bélico por las pretensiones que China mantiene sobre el territorio de Taiwán.

Adicionalmente, impactan factores coyunturales. Uno de los más relevantes es el encarecimiento del crédito internacional por la suba de las tasas de interés. Esto hace que muchas firmas decidan no financiarse en el exterior para invertir en China.

¿Es Preocupante la Disminución de la Inversión Extranjera en China?

En general un flujo positivo de inversión extranjera suele ser beneficioso para un país, dado que ayuda a desarrollar su capacidad productiva. Sin embargo, los requisitos de inversión extranjera pueden ser muy distinto en cada caso, y una variación en la misma puede estar explicada por una transformación lógica de la economía.
El descenso en la Inversión Extranjera Directa (IED) puede suscitar inquietudes, pero es importante analizar su impacto en el contexto económico chino. Anteriormente, China dependía en gran medida de la IED para acelerar su desarrollo industrial centrado en las exportaciones, el país poseía muchos recursos desaprovechados y poco capital por lo que las inversiones extranjeras eran muy rentables y ayudaban al desarrollo al aumentar la productividad de la fuerza laboral. Sin embargo, con el tiempo, el país ha acumulado capital propio, reduciendo su necesidad de financiamiento externo.

Otro punto que suele destacarse es el impacto que la inversión extranjera genera en el desarrollo de capacidades a través de la transferencia de tecnología que realizan las multinacionales, lo que se conoce habitualmente como “aprender haciendo”. Los ingresos de empresas como Apple o Tesla han generado una gran desarrollo de conocimiento que luego ayudó al surgimiento de empresas nacionales como Huawei o BYD. No obstante, la realidad es que la caída de la IED China se concentra en sectores trabajo intensivos. Aunque este fenómeno puede ser preocupante en términos de desarrollo de capacidades, China continúa atrayendo inversiones en áreas clave como vehículos eléctricos, energía renovable y semiconductores, alineándose con su estrategia nacional de ser un líder en productos de alto valor agregado. Una caída en estos segmentos en particular sí sería preocupante en términos de transferencia de tecnología, e iría en contra de la estrategia nacional de ser un proveedor global de productos de consumo masivo de alto valor agregado. 

Reflexión sobre la Inversión Extranjera en China

En resumen, la disminución de la inversión extranjera en China es preocupante, pero no necesariamente alarmante. Aunque refleja un cambio en los impulsores del crecimiento económico chino, los sectores clave siguen atrayendo inversiones. Sin embargo, es crucial estar alerta ante dos aspectos.

Primero, este cambio podría implicar un crecimiento económico más lento en el futuro. Segundo, es fundamental vigilar cómo evoluciona la composición de la caída de la inversión, especialmente si las empresas tecnológicas reducen sus desembolsos debido a preocupaciones políticas. Esto podría comprometer la estrategia de desarrollo del gobierno chino.

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Fuente: Ministerio de Comercio MOFCOM y Administración Pública del Mercado de Divisas (SAFE)

DIFERENCIAS ENTRE METODOLOGÍAS: i)SAFE incluye como IED la emisión inicial de acciones públicas de empresas previamente privadas en mercados offshore; ii) SAFE incluye movimiento de capital cuando la participación extranjera en empresas chinas alcanza el 10%. El MOFCOM ignora estos movimientos; iii) SAFE tiene movimientos más actualizados de reinversiones de utilidades o pago de dividendos al exterior, MOFCOM los estima con datos del año pasado, por lo que suele sobre-estimar la IED en momentos de caída de la reinversión y subestimarla en momentos de aumento; iv) SAFE incluye movimientos en el sector financiero, MOFCOM no; v) SAFE incluye préstamos de bancos del exterior a empresas extranjeras para invertir en sus ramas chinas, MOFCOM no lo hace.

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